sábado, 29 de octubre de 2011

Todos los perros van al cielo.

"Amor es cuando tu perro te lame la cara,
aunque lo hayas dejado solo el día entero."
(Anita  - 4 años)


Yo me acuerdo de un día de Julio, en Mendoza, paseando con la flia y amigos. Nevaba un montón y decidimos ir a ver una exposición de perros, porque había una raza en especial que alguien dijo que TENÍAMOS que conocer.

Vos, Suzu, estabas sentada sobre una mesa enorme, toda señorita, toda linda y educada y papá te vio y te reconoció porque sabía que eras especial. No quiso ver mas perros, no quiso saber nada de nada, ni siquiera pensó en llevarte con nosotros. Sólo te miraba y vos lo mirabas a él.

Al rato, nos fuimos del lugar y papá miraba por la ventana hasta que mi mamá dijo:

Mamá: - Gustavo te pasa algo?
Papá: - No nada, estaba pensando en esa perrita.
Mamá: - Querés ir a buscarla? Ustedes que quieren chicas?

(nosotras nos miramos y nos reímos con la obviedad de la situación)

Papá: - Da la vuelta mamá, vamos a buscar a esa perra.

El papel decía que te llamabas Suzu de Malalhue, pero decidimos llamarte solo Suzu... Mas bien Suzú, con acento en la última u. Eras así o mas hermosa:


Llegaste para poner orden a todo en casa. Para ser la mamá de todo el resto, educar a los demás animales y a nosotros.

Nos veías y ladrabas de una manera, como aullando, feliz.
No sabías mover la cola sin mover toda la cadera y el resto del cuerpo. Eras una fiesta!
Corrías hasta subir de un salto a la cama y destender todo para después correr hasta adelante y seguir ladrando.

Y cuando comíamos, ponías la patita y los ojitos vidrosos, compradora total.

Un día me comiste las sandalias mas lindas que yo tenía y el cuaderno de recetas de mamá.
Papá te puso de castigo y te tiraste al suelo y no levantaste la mirada hasta que no te dieron permiso, te acordás?

Esa fue la última vez que te portaste mal, creo que tenías un año de vida.

Después, con el tiempo, vino la mala noticia de que tenías una infección en tu aparato reproductor y que, por tal motivo, debíamos operarte y sacarte el útero, imposibilitando para siempre que algún día seas mamá.
Estábamos tristes, sabíamos que ibas a ser una gran madre y pensábamos que era lo peor que te podíamos hacer. Y cómo nos equivocamos...

Un día paseando en el parque con vos, encontraste a una gatita, me lloraste y tironeaste un buen rato hasta que te dejé acercarte a esa bebé y traerla a casa. La cuidaste como tuya y gracias a vos hoy es una gata peluda, gris y hermosa.

No había nada que no sepas expresar, no había momento que no respetes o que no compartas.
Hasta tirarme en el piso con vos a dormir era entretenido.

Me fui a vivir lejos un tiempo, pero la alegría con la que me recibiste todos esos años cada vez que yo volvía, me hacían saber que estabas siempre pensando en mi =).


Chuchú, no sabés lo que hiciste en cada uno de nosotros. Sos incapaz de dimensionar todo lo que nos diste y nos enseñaste. Hoy estamos los cuatro callados, ni una risa hay aquí.


Hoy llegué y supe que no aguantabas más y que estabas lista para dejarnos solitos sin vos.
Te extraño, te quiero abrazar otra vez. Hoy te dije que te amaba mucho mucho un montón y que todo iba a pasar porque sos fuerte y porque sos increíble. Vos ya lo sabías todo, y en todo me vas a hacer falta.


Estás corriendo y comiendo como loca, yo sé, yo sé que entendés todo y que me esperás allá.

Gracias por todo Suzú.
Mamá, papá, Marina y yo no te vamos a olvidar
nunca, nunca
jamás.

lunes, 24 de octubre de 2011

Que duela.



«...Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte
 no se alivia con decírselo a la gente...»



Si.
Yo quiero vivir esta tristeza.
Quiero que me duela y que vuelva a doler.
Como la primera vez, como siempre.
Quiero que me hagas doler y que vuelvas a hacerme bien para poder volver a hacerme mal.
Quiero aprender de cada dolor.
Amarte con locura todo el tiempo y llorar hasta gritar.
Que siga doliendo.


Se aprende más del dolor, que de la alegría.
Se aprende más que con el amor.
Quiero que me sigas enseñando.
Quiero volver a empezar, que me dejes ciega de amor otra vez,
y me vuelvas a lastimar.
Una, diez, mil veces hacéme doler.


Mostráme todo lo malo que existe,
que ya no pueda más de tanto amor.
Dejáme que me pierda y caiga triste, triste.
Quiero que me duela tanto, quiero volver a llorar.
Amarte todo el tiempo, para odiarte mas fuerte después.
Todo lo tenés, todo.
A todo le hacés mal. 
Cuánto amor hay ahí. 








*






Madurar es aceptar un dolor como algo que es mejor que haya sido así






*








Miráme crecer, 
mirá mi escudito protector,
mirá el dolor..
Ves el dolor?
Está aquí conmigo,
está todo entero con vos.
Todo todo envuelto de amor.
















De
ja
me
su
frir
y
vol
ver
a
em
pe
zar.




















el círculo da la vuelta                                .
y al terminar, la vuelve a dar          .
yo te olvidé, no me olvido más

sábado, 22 de octubre de 2011

Hay días en los que deberíamos llorar hasta dormirnos.








Y empezar a disfrutar al día siguiente, con los ojos brillantes y sequitos.